14 Jun 2010
Estaban sentados en el Paseo Marítimo de la Carihuela, bajo un cielo
plomizo pero que no sofocaba el calor propio del mes que corre. Sus cabezas
nevadas por los años reposaban juntas apoyándose la una sobre la otra, mientras
contemplaban un mar de color cobalto con una media sonrisa en sus gestos. El, en
un determinado momento cambió la vista hacia los pies de ella, que colgaban
desde el muro del malecón. Lucía unas sandalias de color cuero, que parecían
recién estrenadas. Ella observó su mirada.- ¿Te gustan?- Le preguntó. – Me
gustan los pies que visten.- Le dijo haciendo crecer su sonrisa, con una voz
templada, que casi la acariciaba, y que hizo ruborizar a la anciana. Luego
añadió. – Siempre tuviste unos pies muy hermosos… de dedos delicados, y esas
sandalias que te has comprado no hacen más que realzarlos-.
Me fijé en aquellos pies… eran los pies de una anciana… de talones ajados,
y dedos torcidos por los estragos que causa la artrosis y la edad. Sin embargo
aquel anciano con una voz sincera y tierna los adulaba, y aquella anciana se
dejaba adular.
Esta mañana y en ese momento, comprendí lo grande que es el amor. Los volví
a mirar y seguían observando el mar bajo aquel cielo nublado, con las caras tan
felices que iluminaban, y seguro que sus corazones estaban henchidos por el
amor que llevaban dentro. Aquellos amantes no habían envejecido… seguían siendo
los jóvenes amantes que fueron siempre, y seguían profesándose el uno al otro
el amor de siempre… un amor verdadero, tan sólido que ni tan siquiera envejece.
Estoy seguro que aquella anciana seguía siendo muy hermosa para él… tan
hermosa como siempre fue, me fijé en ellos un instante más, y luego de
envidiarlos, comprendí que para ellos no existía en aquel paseo marítimo
inundado de gente, ninguna otra cosa que no fuera el mar en calma o los ojos
del otro. Quisiera que la vida me dé la oportunidad de que el amor crezca
conmigo y termine inundándolo todo, tal como el de esa pareja de ancianos.
popochan dijo
claro que no!! No hay edad para el amor!!!
siempre debemos amar.
hasta el último día de nuiestra vida.
Amigo, pásate por mi casita, que se te echa de menos,
Popochán.
siempre debemos amar.
hasta el último día de nuiestra vida.
Amigo, pásate por mi casita, que se te echa de menos,
Popochán.
Es que ando liadillo amigo popo, y os tengo muy
olvidados... en cuanto pueda me paso, un abrazo.
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